DORMIR SUSPENDIDOS EN UNA CÁPSULA TRANSPARENTE EN UN MAR DE HIELO



Nadie discute que los paisajes helados de la Patagonia son unos de los más bonitos e impresionantes del mundo. Justo en la frontera entre Argentina y Chile se ubica el Fitz Roy, de 3.405 msnm, bautizado como cerro Chaltén por los Tehuelches, que significa montaña humeante porque siempre está cubierta por las nubes. Sus escarpadas cumbres graníticas son la figura predominante dentro del parque nacional de Los Glaciares, que atrae y reta a los más experimentados escaladores a coronarlo, a la vez que invita a los excursionistas a caminar entre sus senderos para observar lagos, lagunas, glaciares y numerosos bosques subantárticos.

Un lugar muy bello, pero muy cruel, las condiciones climáticas extremas en algunas épocas del año son solo aptas para algunos animales que han logrado adaptarse, no son para el hombre, aunque eso no es un impedimento para vivir una experiencia emocionante en las alturas. A 270 metros de altura, en una impresionante pared de roca, Ovo Patagonia ha colgado cuatro cápsulas transparentes en las que dormir mientras se obtiene una fantástica panorámica del Fitz Roy.
Se trata de cuatro cúpulas realizadas e policarbonato con espacio para dos personas, que permiten experimentar la altitud con seguridad. Están diseñadas como refugio del viento y de la lluvia, y proporcionan una experiencia confortable y aterradora a la vez. En su interior hay tres módulos habitacionales: una cama en el nivel superior, un salón minimalista con mesa y con un inodoro seco en el medio, y, en el nivel inferior, una red a modo de hamaca en la que sentir el abismo sobre el vacío. Cuentan con energía solar, calefacción y wifi. El acceso, reservado solo para personas en buena forma física, es a través de una vía ferrata equipada con cables de acero con plataformas y escaleras.

La experiencia empieza en la villa de El Chaltén. Desde allí, los huéspedes son trasladados a la Estancia Bonanza en 4x4, y una vez allí se toma un sendero de unos 40 minutos donde se cruza el río de las Vueltas por un puente colgante, hasta llegar a los pies del cerro. Entonces empieza el ascenso por un bosque nativo de lengas hasta llegar a la cima donde están colgadas las cápsulas. 
Solo se necesita lo básico para pasar una noche que se lleva en una pequeña mochila, en todo momento los huéspedes estarán acompañados de unos guías experimentados, tanto en la subida como en la bajada, además son los encargado de entregar la cena y el desayuno. Duermen cerca con una radio por si se produce algún problema.

El precio: entre 1.600 y 2.200 euros aproximadamente para dos personas/día.

La sostenibilidad es el eje central de este proyecto, en su construcción han intentado minimizar el impacto ambiental y preservar la belleza natural del bosque, por lo que no se taló ningún árbol ni se crearon caminos nuevos, solo se habilitó un sendero para acceder a la colina, respetando al máximo el paisaje. Antes de instalar las cabinas, se estudió cuidadosamente su ubicación para asegurar un impacto mínimo en el ecosistema. Además, las amenities como el jabón y la pasta de dientes están elaboradas a base de carbono, lo que las hace seguras y amigables con el medio ambiente.
 

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