En el ocaso de la Guerra Fría, la CIA se adentró en un terreno desconocido para la inteligencia: fracasó al usar la visión remota para localizar el legendario Arca de la Alianza, una reliquia bíblica envuelta en misterio y poder. Todo quedó en un bluf. Estados Unidos se embarcó en una serie de proyectos encubiertos con el objetivo de utilizar métodos no convencionales para recolectar inteligencia. Entre estos esfuerzos está el polémico uso de la “visión remota” o extrasensory perception (ESP, por sus siglas en inglés), un supuesto fenómeno psíquico que permitiría a un individuo acceder a información sobre lugares o objetos sin estar físicamente presente.

Uno de los episodios más absurdos de este enfoque fue el intento de localizar la legendaria Arca de la Alianza. Este artefacto bíblico, que según las Escrituras albergaba las Tablas de la Ley entregadas a Moisés, fue usado por la CIA como objetivo de un experimento en 1988, bajo el llamado Project Sun Streak, según documentos desclasificados ahora de los que informa el Jerusalem Post.

El Project Sun Streak fue un derivado de la iniciativa más amplia conocida como Project Stargate, creada para explorar las aplicaciones militares y de inteligencia de la percepción extrasensorial. En plena rivalidad geopolítica con la Unión Soviética, Estados Unidos buscaba cualquier ventaja en el campo del espionaje, incluso si esta implicaba adentrarse en territorios pseudocientíficos. 

La visión remota consistía en entrenar a “psíquicos” para que, mediante focos de concentración profunda, pudieran visualizar objetos, personas o lugares inaccesibles físicamente. En el caso específico del Arca de la Alianza, un psíquico identificado como Remote Viewer No. 032 fue encargado de la tarea. Se le proporcionaron coordenadas geográficas sin contexto ni información adicional sobre la ubicación o el objetivo. Según los informes desclasificados, la descripción proporcionada por este vidente fue sorprendentemente detallada y evocadora, alineándose parcialmente con las descripciones bíblicas del Arca.

El Remote Viewer No. 032 describió un objeto que se asemejaba a un “cofre de madera ornamentado”, recubierto de oro y plata, con figuras angelicales de seis alas grabadas en su superficie. Afirmó que el artefacto estaba escondido bajo tierra, en un lugar oscuro y húmedo ubicado en el Medio Oriente.

El supuesto vidente también mencionó estructuras cercanas similares a domos de mezquitas y personas que hablaban árabe. Más allá de la ubicación física, el psíquico hizo afirmaciones sobre el propósito del Arca, sugiriendo que no solo contenía memoria histórica, sino que también tenía un significado profundamente espiritual.

Lo más inquietante fue la advertencia sobre una “presencia protectora” que rodeaba al objeto, capaz de causar daños catastróficos a quienes intentaran acceder a él sin permiso. Esta afirmación evoca las historias bíblicas que atribuyen al Arca un poder divino y destructivo para protegerse de amenazas.

A pesar de lo intrigante que resulta este relato, los esfuerzos de la CIA para utilizar visión remota enfrentaron críticas severas tanto en su época como después, tras la desclasificación de los documentos. Los escépticos argumentan que los métodos utilizados carecían de fundamentos científicos y que los resultados obtenidos eran subjetivos, imposibles de verificar y, por tanto, inútiles para la inteligencia práctica. Desde el punto de vista arqueológico, la falta de pruebas físicas del Arca de la Alianza sigue siendo un obstáculo insalvable. Su existencia y ubicación exactas permanecen envueltas en los misterios de la tradición religiosa y el mito. Los expertos consideran que las descripciones de los videntes podrían simplemente haber derivado de información cultural ampliamente conocida, más que de algún tipo de percepción extrasensorial.

En 1995, tras años de experimentación, la CIA desestimó oficialmente los programas relacionados con la visión remota, concluyendo que estos no producían resultados precisos ni fiables. El Project Sun Streak y otros proyectos similares quedaron relegados a un capítulo polémico dentro de la historia de los métodos de inteligencia. También Instituciones como el National Research Council (NRC) evaluaron la viabilidad de la percepción extrasensorial en la década de 1990, concluyendo que no había evidencia suficiente para demostrar que la visión remota funcionaba de manera consistente o que pudiera generar información útil.

Tanto el NRC como evaluaciones específicas encargadas por la CIA constataron que no existía evidencia sólida para respaldar la visión remota como una herramienta confiable o consistente, consolidando el escepticismo científico sobre estos programas. - elperiodico.com