El robot Walker S2, fabricado por la empresa china UBTech, es capaz de trabajar y desarrollar múltiples funciones durante las 24 horas del día y a lo largo de los 7 días de la semana, gracias a un sistema que le permite cambiar y recargar sus baterías de manera independiente, sin requerir intervención humana. Walker S2 cuenta con un sistema de intercambio autónomo de baterías que le permite sustituir y recargar sus módulos sin necesidad de participación humana. El proceso de sustitución se completa en apenas tres minutos y sin que el robot humanoide llegue a apagarse.
Este funcionamiento independiente es posible gracias a una tecnología de balanceo de potencia y módulos estandarizados, como informa CnEVPost. Este mecanismo asegura que cuando una batería llega a niveles críticos de energía o falla, se cambie automáticamente por la unidad de respaldo, garantizando continuidad operativa sin pausas ni supervisión externa.
El robot humanoide mide 1,62 metros de altura y pesa cerca de 43 kilogramos, dimensiones similares a las de un humano adulto pequeño. Su sistema de baterías duales de litio de 48 V le proporciona hasta dos horas de autonomía en desplazamiento o cuatro horas en posición estática antes de activar una recarga, que tarda alrededor de 90 minutos en completarse.
En el marco de una demostración pública, el fabricante chino UBTech mostró como Walker S2 se aproximaba a una estación de carga, extraía el módulo agotado de su espalda con sus brazos retráctiles y lo depositaba en un recipiente para su recarga. A continuación, se lo vio seleccionar e instalar una batería completamente cargada y volver a sus labores sin asistencia humana, todo a partir de un movimiento coordinado y preciso.
Vale destacar que el robot humanoide no solo evalúa de forma constante su nivel de energía, sino que decide de forma autónoma si conviene recargar una batería existente o cambiarla por una nueva, según la complejidad y prioridad de la tarea programada. Si la misión requiere más carga de la disponible, se dirige a la estación antes de iniciar la operación: de lo contrario, sigue trabajando y optimiza sus recursos energéticos en tiempo real.
Este avance tecnológico es crucial en entornos industriales y logísticos, en los cuales la disponibilidad permanente de materiales y el ritmo de producción no admiten interrupciones. Según UBTech, fabricantes de vehículos eléctricos como Nio, BYD y Zeekr ya están probando versiones de este robot humanoide en sus líneas de ensamblaje, evaluando su desempeño en actividades de inspección, manipulación de piezas y tareas repetitivas, entre otras.
De acuerdo a un artículo publicado en The Independent, China ha convertido la robótica humanoide en uno de sus sectores estratégicos, activando incentivos gubernamentales y una inversión creciente. Más de la mitad de las empresas de robots humanoides cotizadas en el mercado son chinas: el gigante asiático utiliza aproximadamente 470 robots por cada 10.000 trabajadores en la industria manufacturera, ubicándose como líder global en automatización avanzada.
La capacidad de operar en forma ininterrumpida contribuye a reducir costes asociados al mantenimiento y a la infraestructura de recarga. Además, al eliminar la necesidad de operarios para supervisar y realizar el intercambio de baterías, las empresas pueden destinar recursos humanos a funciones de mayor valor añadido, optimizando la eficiencia global de sus procesos productivos.
Sin embargo, una masificación de estas nuevas tecnologías supone una serie de desafíos éticos y sociales. Por un lado, la sustitución de trabajadores humanos puede derivar en un incremento del desempleo y la necesidad de subsidios estatales. Al mismo tiempo, pueden aparecer inconvenientes éticos, legales y de seguridad relacionados con la actividad de máquinas sin supervisión humana.
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