Lascuráin, el presidente que gobernó 45 minutos


Hirohito rigió Japón durante 63 años. Fidel Castro lleva en el poder más de 50 en Cuba. Salazar gobernó Portugal 36. Hosni Mubarak lleva 30 en Egipto. A Ben Alí le han echado después de 24 en Túnez… ¿Y Pedro Lascuráin? Pues 45 minutitos. Ese fue el tiempo que duró la legislatura de este presidente mexicano, cuyo nombre posiblemente ni aparezca en los registros oficiales. Pero allí estaba él el 19 de febrero de 1913, jurando su cargo para abandonarlo menos de una hora después.
Interrumpió el primer Gobierno democrático desde que se inició la Revolución
Sin embargo, al contrario de lo que pueda parecer, las medidas ejecutadas (¡le dio tiempo a tomar alguna!), resultaron suficientes para provocar cambios en la historia política de México, permitiendo que se interrumpiera el primer Gobierno democrático desde que se inició la Revolución de 1910 y que se iniciara la política intervencionista de Estados Unidos.
Lascuráin ocupó interinamente el cargo después de que Francisco I. Madero fuera obligado a firmar su renuncia como presidente del Gobierno, sin saber que estaba firmando su sentencia de muerte. Tres días después –y pese a la promesa de los golpistas de respetar su vida y facilitar su exilio a Cuba– Madero era asesinado, tal y como le había ocurrido a su hermano, arrestado y torturado hasta la muerte cuatro días antes.

Todo este movimiento hasta llegar a la breve presidencia de Lascuráin fue iniciado por el embajador de Estados Unidos, Henry Lane Wilson, que se propuso derrotar a Madero preocupado por los intereses de las empresas de su país en el convulso territorio centroamericano. Para ello llegó a un acuerdo con el ex presidente Porfirio Díaz y el militar Manuel Mondragón, e inició lo que se conoce como la sublevación de la «Decena Trágica».
México vivía una gran inestabilidad política con continuas sucesiones de presidentes
Una vez acabada, el fiel escudero del presidente Madero, el militar Victoriano Huerta, traicionó su lealtad y firmo un armisticio con Díaz, Wilson y Mondragón con la condición de que le colocaran al frente del Gobierno y este se lo entregara después a Porfirio Díaz. Todo un entramado de movimientos en el que entraba Lascuráin y que no hacía sino constatar la innegable inestabilidad política que sufría México en aquellos años, donde se sucedían los presidentes a una velocidad de vértigo, a causa de las continuas rebeliones protagonizadas por personajes históricos como Emiliano Zapata, Pancho Villa o Pascual Orozco.
El 19 de febrero de 1913, una vez destituido Madero, la Constitución de 1857 establecía que el ministro de Asuntos Exteriores debía ocupar la presidencia. Es decir, el protagonista de nuestra historia: don Pedro Lascuráin. Todo estaba ya programado para que este abogado y político se convirtiera en el presidente más breve de la historia. Juro su cargo a las 17:15 horas, siendo su única orden nombrar, como estaba pactado, a Huerta como secretario de Gobernación. A las 18:00 renunció y Victoriano Huerta fue nombrado presidente.
Visto y no visto. Como decía una obra de teatro del director mexicano Flavio González Mello, la legislatura duró «el primer tiempo de un partido de fútbol, la cola de un banco en día de quincena, un vuelo de México a Guadalajara…». visto en ABC.es

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