Esta es la crónica de una obsesión: la de un guardia civil de Villajoyosa por su compañera. Es la historia de una fijación casi enfermiza que le llevó a entrar en la casa de ella para robarle ropa interior y otros efectos personales. Es el relato del empeño del agente en controlar los movimientos de ella a todas horas. Es la obstinación por querer su vida. A toda costa. Así al menos lo atestigua la denuncia a la que ha tenido acceso EL MUNDO. El comportamiento del hombre traspasó la esfera del fetichismo y fue más allá. Le echó un líquido -todavía indeterminado- en la comida. Un día tras otro. Ella, que comenzó a sospechar, puso una cámara en su cocina, ubicada en la casa cuartel del Instituto Armado vilero. Días después, la grabación confirmó lo que hasta ese momento era un pálpito, fuerte y contundente, pero un pálpito al fin y al cabo. El agente ya está detenido y a la espera de declarar ante un juez. Sus propios compañeros ejecutaron el arresto el sábado pasado. La guardia civil comenzó a sospechar de su compañero hace semanas pero no tenía pruebas más que echar a faltar algunas bragas y el olor raro de su comida.
El comportamiento un tanto compulsivo del agente hacia ella le hizo recelar, tal como precisan a este periódico fuentes del caso. La agente llegó a pensar incluso que a lo mejor serían cosas suyas, que todo estaba bien. Sin embargo, el acoso no cesaba.Le faltaba ropa interior y comenzó a notar un sabor raro en la comida. Además, olía mal. Ella cocinaba por la mañana, antes de llevar a su hijo pequeño a la guardería y de irse a trabajar. Cuando llegaba a mediodía, los alimentos tenían mal sabor. Optó por cortar por lo sano. Compró una pequeña cámara y la colocó en la cocina. Se ocupó de camuflarla bien, a conciencia. La sorpresa llegó cuando el dispositivo arrojó las imágenes de lo que hasta ese momento sólo eran sospechas. Su compañero estaba ahí, en su cocina, manipulando su comida y echando un líquido. La grabación no engañaba. Era él. Sabía sus horarios pues siempre estaba en su vivienda cuando ella se iba por la mañana con su niño. Todavía en shock denunció. Presentó el vídeo. Su compañero no sólo había puesto en riesgo su vida sino también la de su marido y la de su hijo. En este momento, se está analizando la composición del líquido con el que, según la denuncia, el compañero rociaba su comida. Aún no hay resultados pero llegarán en breve. En casa del detenido, se ha encontrado ropa interior de ella. El arresto se produjo el pasado sábado en el puesto del Instituto Armado de Villajoyosa. Dada la gravedad del asunto, fueron los agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Alicante quienes instruyeron las diligencias. Ese día, detuvieron al hombre y ayer todavía permanecía en los calabozos de Alicante a la espera de pasar a disposición judicial.
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