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| Alexa Polar y Robin Pabello ( Fotos Reservas ) |
No dejarse atrapar es primordial cuando se comete un crimen y, en consecuencia, borrar las huellas del delito se convierte en una empresa poco más que fundamental. Sin embargo, esta norma básica del buen delincuente, que podría aparecer en el capítulo uno del libro de cabecera de cualquier criminal que se precie, no ha sido convenientemente asimilada por Alexa Johzen Polar, de 34 años, y Robin Antonella, de 33.
Estas compañeras de piso del Orange County de California están acusadas de falsificar un cheque del bufete de abogados en el que trabajaba Polar por valor de 285.000 dólares (215.000 euros). Con ese dinero, y sin ningún tipo de medida para ocultar su delito, alquilaron un jet privado con el que viajaron a Nueva York junto con todos sus amigos.
Una vez en la Gran Manzana se alojaron en un lujoso hotel situado en Times Square y salieron de juerga a todo trapo, pasando previamente por la prestigiosa joyería Tiffany and Co. y por Montblanc, entre otras tiendas de lujo de Manhattan.
Por si fuera poco, también les dio tiempo a dejar un depósito de 233.000 dólares (176.000 euros) por una casa valorada por 3,7 millones de dólares también con fondos de otros cheques obtenidos de manera fraudulenta. Según relata la edición online de Los Angeles Times, ambas querían alquilar una mansión de 11.000 metros cuadrados solo dejando esa garantía para "vivir como reinas durante las vacaciones". LAVANGUARDIA.ES
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