Deja la mitad de su herencia a los Príncipes y a los nietos del Rey


Juan Ignacio Balada Llabrés, acérrimo monárquico, murió hace unos meses en Ciudadela.
La Familia Real estudia si acepta la herencia, valorada en decenas de millones de euros.
La otra mitad de su herencia debe invertirse en la creación de una fundación benéfica que los Príncipes gestionarían.
Predicar con el ejemplo. Juan Ignacio Balada Llabrés, un conocido empresario menorquín, acérrimo defensor de la monarquía, ha legado la mitad de sus posesiones a los Príncipes de Asturias y a los ocho nietos del Rey, según ha publicado el diario menorquín Última Hora.
Curiosamente, Llabrés, que falleció hace dos meses en su ciudad natal, Ciudadela, ha excluido de su herencia (valorada en decenas de millones de euros) a los dos únicos familiares directos que tenía, dos primas que residían en Madrid y Canarias, sí como a amigos íntimos suyos. El mismo día que murió, un albacea encargó que se A Llabrés se lo vincula con la masonería
cambiara la cerradura de su casa para que nadie pudiera acceder a ella. A Llabrés se lo vincula con la masonería
Muchos de sus conocidos reconocían estos días, tras conocerse la noticia, que Llabrés era un hombre muy suyo, muy reservado.
El abogado de Llabrés ya se ha puesto en contacto con la Familia Real para informarles de la voluntad del empresario, quien ha dispuesto que la mitad de su herencia sea destinada a la creación de una fundación benéfica gestionada por los Príncipes de Asturias y la otra mitad deberá ser repartida equitativamente entre los Príncipes de Asturias y los ocho nietos del Rey.
La Familia Real, que no conocía ni tenía ninguna relación con el empresario fallecido todavía no ha decidido si aceptará o no la herencia.
La herencia que deja Llabrés consiste sobre todo en propiedades inmobiliarias. Solo en Ciudadela es propietario de tres viviendas, dos edificios, cinco extensiones de terreno y la antigua farmacia Llabrés de Ses Voltes. Además Llabrés ganó mucho dinero en bolsa y en inversiones relacionadas con el petróleo . Se calcula que su fortuna ascendiá a decenas de millones de euros.
Vinculado con movimientos masónicos, según Última Hora, Llabrés también deja a algunos inquilinos en los edificios de los que era propietario, que aún desconocen cuál será su destino si finalmente la Casa Real se decide a aceptar este legado.

puesto que esta tropa de vagos de la casa real es Estado y cobra del Estado justo seria que este dinero fuera para el estado, y no para los mangantes.

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