'KNITTING' HACER PUNTO O GANCHILLO EN CAFETERÍAS

Castilla y León se ha unido a una nueva moda surgida en España denominada "knitting", que consiste en hacer punto o ganchillo en una cafetería y disfrutar de conversación con amigos mientras se tejen prendas de ropa o accesorios de lana.
Unas veinte personas, todas mujeres de entre 25 y 35 años, han retomado una tradición que les trasladaron sus madres o abuelas y que ha vuelto a ponerse de moda gracias a diferentes grupos en España que se reúnen en bares para tejer.
Es el caso del grupo de Valladolid, formado por diez mujeres que se reúnen en lo que denominan "quedada" en una cafetería en el centro de Valladolid el tercer sábado de cada mes para hacer punto o ganchillo.
Comenzaron hace cuatro años cuando conocieron que la práctica existía en otros lugares como Madrid o Barcelona, ha asegurado a Efe una de las fundadoras del grupo de la capital vallisoletana, Ana García.
En un principio eran cinco amigas que acudieron juntas al instituto y que decidieron unirse para no sentirse un "bicho raro" de la misma forma que hace años "se salía a la calle a tejer", ha detallado.
Más tarde se fueron incorporando más miembros porque "es un grupo abierto", ha expresado García, que ha relatado que han entrado y salido del grupo bastantes personas.
Las "quedadas" comienzan a las seis de la tarde y se prolongan dos horas, en las que cada miembro lleva a la cafetería sus agujas y elabora sus propios proyectos.
"Los encuentros sirven para compartir técnicas, patrones y amistad", ha apuntado la componente del grupo vallisoletano, que ha detallado que las "quedadas" tienen como objetivo mostrar conocimientos, pero no enseñar a tejer.
"Al principio era un poco caótico", ha asegurado García, que ha relatado que en algunos bares llegaron a expulsarles por hacer calceta en sus mesas.
Sin embargo, ya cuentan con una organización sólida y tejen "por placer", para obtener prendas "echas por uno mismo" y además es una técnica "relajante que engancha como un libro" que se comienza a leer, ha explicado.
Fruto de la experiencia del grupo vallisoletano, se creó la agrupación de Burgos, en la que están cuatro o cinco mujeres, que están conectadas con las vallisoletanas a través de Internet.
La red es una parte importante del nuevo hobby, y es que cada grupo de tejedoras, cuenta normalmente con un blog o web en la que informan de sus "quedadas" y convocan sus actividades.
En España otras de las ciudades en las que se reúnen para practicar "kinitting" son La Coruña, Zaragoza, Bilbao, Santander, Vitoria, Sevilla o Granada.
Con la experiencia, las vallisoletanas han puesto en marcha cada año el congreso de tejedoras en municipios de Castilla y León, porque es donde "existe más tradición" de hacer punto o ganchillo.
Desde hace tres años, allí donde acuden convocan a la población para que quien quiera unirse a ellas a tejer pueda hacerlo y compartir conocimientos durante un fin de semana
Otra de las actividades que suelen realizarse entre los diferentes grupos de España son los intercambios de regalos, como el que se hace en lo que han denominado "swapetines", organizada por el grupo de Las Palmas.
García ha explicado que los miembros que lo desean se inscriben en una web y rellenan y mandan una ficha con sus gustos, elementos a los que tiene alergia.
En un plazo de tiempo, cada inscrito debe elaborar unos calcetines de lana para una de las personas de diferentes lugares de España que se ha apuntado al intercambio.
Las participantes de Valladolid tienen previsto realizar el primer Yarn Bombing de la capital, actividad que consiste en vestir con lana a elementos de las ciudades, aunque García no ha especificado la fecha.
En junio se celebrará el día internacional de tejer en público (World wide knit in public day), que este año se organiza del 9 al 17 de junio, y todas las quedadas y grupos del mundo preparan ya alguna actividad extraordinaria.
Ana García es propietaria de una tienda de lana y accesorios a través de Internet, una aventura que inició a raíz de participar en el grupo de "knitting" de Valladolid.
"El negocio va muy bien", ha relatado, y es que el hacer punto y ganchillo se ha vuelto a poner de moda en todo el mundo, como demuestra que haya recibido pedidos de EE.UU, Europa o incluso Australia. AP

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