La mayor erupción solar de los últimos seis años, detectada el pasado domingo en la región central del Sol, empezará a apreciarse este martes por la tarde en la Tierra y sus efectos pueden prolongarse hasta el miércoles, según han informado la NASA y la NOAA (Administración Oceánica y Atmosférica de EEUU). Más allá de la posibilidad de que se formen espectaculares auroras en latitudes altas de ambos hemisferios o de que las brújulas tengan problemas de orientación, el fenómeno puede ocasionar problemas en las comunicaciones satelitales y en los aviones que pasan por las regiones polares.
"La erupción en sí misma no tiene nada de espectacular, pero eyectó al espacio una masa coronal --nube de plasma de intenso campo magnético-- a una fenomenal velocidad de 6,4 millones de kilómetros por hora", comenta el físico Doug Biesecker, de la NOAA. La tormenta magnética ha merecido un nivel 3 sobre un máximo de 5, lo que equivale a "fuerte", pero no "grave".
La NASA ha determinado que los astronautas de la Estación Espacial Internacional están fuera de peligro y no es necesario tomar ninguna medida protectora adicional contra la radiación. La eyección de masa coronal, la llamarada de protones expulsada por el Sol, golpeará la magnetosfera terrestre, el escudo magnético natural que protege nuestro planeta.
En 1972, una tormenta geomagnética provocada por otra erupción solar dañó las comunicaciones telefónicas en una gran zona de EEUU y se detectaron auroras en Tejas, recuerda la NOAA en un comunicado. ELPERIODICO.COM
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