El Ășltimo viral de la semana cuenta las peripecias de un cliente de un hotel al que no le asiste la fortuna. Tras tener la genial idea de salir al pasillo a dejar la bandeja con los platos de la comida tal como vino al mundo --"es solo un momento; no me voy a vestir para esto", debiĂł pensar--, la puerta de la habitaciĂłn se le cerrĂł. ¡Y Ă©l sin llaves! Desesperado empieza a dar vueltas por la moqueta. Intenta abrir, sin Ă©xito, la puerta. Da vueltas. Disimula y se tapa sus partes cuando pasan por el pasillo otros clientes del hotel. Por fin una buena idea: con las tapas de los platos (una delante y otra detrĂĄs) se planta un vestido minimalista. Salvado el escollo de la entrepierna y las posaderas se lanza a la aventura. Primera etapa: llega a los ascensores. Con todo el rubor de su corazĂłn entra en un ascensor con una mujer y su hijo. La madre se gira y le tapa los ojos al niño. El protagonista tiene cuidado de apretar el botĂłn sin que se le caiga ninguna tapadera. En la recepciĂłn los otros clientes no dan crĂ©dito. Un hombre en porretas habla con el empleado de detrĂĄs del mostrador. "He perdido mi llave", dice con sorprendente flema. El trabajador, cumpliendo todo el protocolo, le pide la documentaciĂłn o el carnet de conducir al pobre hombre, sin advertir que va en cueros. - ELPERIODICO.
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