UNA FOTÓGRAFA PONE A PARIR A LA VIRGEN MARÍA... Y SE ARMA EL BELÉN


La fotógrafa británica Natalie Lennard lleva tiempo haciendo fotos sobre la maternidad a lo largo de la historia en las que busca representar el parto antiguo y moderno, el paupérrimo y el lujoso. En su trabajo serie usa imágenes y videos para presentar historias de mujeres tanto reales como imaginarias, escenificando el nacimiento en su forma más poderosa para “iluminar e informar.” Su idea parece muy  apropiada en medio de una crisis mundial de maternidades y nacimientos, pero en una de sus últimas obras, en que la venía destacando a “figuras clave y escritoras del ámbito de la filosofía del nacimiento” presenta un “nacimiento” de los más literales y controvertidos que hayamos visto: la Virgen María dando luz a Jesús. Pero sin florituras ni rubicundos angelitos regordetes, ni misteriosos rayos de luz ni olor a incienso y mirra. Todo lo contrario: sangre, dolor y moscas.
Natalie Lennard cayó un día en que, todos los años, Occidente celebra en grupo un parto natural, que, de haber acontecido realmente, tuvo como escenario un muy primitivo. El nacimiento del Hijo de Dios en un establo es una imagen que ha sido retratada recurrentemente en nuestra cultura. A la fotógrafa inglesa le picó la curiosidad por estudiar cómo había sido representada en el arte esta leyenda del cristianismo y se encontró con imágenes muy alejadas de la realidad de un parto. Una pregunta apareció en su mente, brillando como la estrella (OVNI, según algunos magufos) de Belén.

“¿Cómo es que más allá de la pintura de Julius Garibaldi de 1891 de María y José desplomados en agotamiento, nunca hemos visto una representación ‘real’ de la biología del nacimiento, particularmente de María en un instinto primario extático que el entorno le hubiera ayudado a facilitar?

El timo del nacimiento bucólico

Lennart tiene razón. La iconografía cristiana, tan dada a explayarse en decapitaciones como la de San Juan, mutilaciones como la de los pechos de Santa Agüeda y todo tipo de sanguinarias torturas de mártires y santas, daba siempre una imagen aséptica y antinatural del nacimiento del Mesías. Quizás por aquello de no implantar en la mente del observador que la madre de alquiler de Yahvé tenía genitales. Así, la norma es presentar siempre el post-parto de manera idílica. El pequeño Cristo, emanando luz por la nuca, mientras sus padres y par de animales domésticos (y a lo sumo, un trío de astrólogos muy cotillas), le observan extasiados. 
La artista, que aunque se declara “no religiosa” sí creció siendo educada en la fe católica, decidió, visto lo visto, viajar a la Toscana italiana para crear allí su propio Belén viviente con la ayuda de unos modelos.

“Quería presentar a María en aquel momento de éxtasis y poder, dando a luz en un establo, sin que nadie le explique cómo tiene que colocar su espalda o cada cuanto tiempo debe inhalar aire.”

Quiso arriesgarse a la controversia que suele acompañar al uso de personajes universales para retratar su último ‘Nacimiento sin Perturbaciones’ (así se llama su serie de fotos) entre otros mamíferos (un burro. una vaca y una cabra) usando un ambiente oscuro y humilde. Con ello, según cuenta en un vídeo alojado en su web, quiere sugerir a la mujer moderna que a menudo en el nacimiento, menos es más. Ha titulado a su foto THE CREATION OF MAN (La Creación del Hombre)

“Representar a María en el poderoso momento de traer a Cristo a la Tierra, a las tranquilas y firmes manos de un José que participa activamente, es reivindicar que el humilde poder creador de la mujer es algo tan asombroso e inspirador como la mano creadora de Dios mismo”.

Lo que tenemos claro es que la hermosa imagen va a levantar ampollas entre cierto sector de la población. - VIA:STRAMBOTIC

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