Fue hallado sin constantes vitales en la prisión y llevado en una bolsa por los servicios funerarios al Instituto de Medicina Legal. Lo dieron por muerto en la celda de la cárcel donde cumple condena, lo introdujeron en una bolsa y los servicios funerarios lo trasladaron al Instituto de Medicina Legal de Oviedo. La sorpresa fue mayúscula cuando horas después recobró el conocimiento en el depósito de cadáveres en el que permanecía hasta que los médicos forenses le practicasen la autopsia.
El caso de Gabriel Montoya Jiménez no tiene precedentes en la historia reciente del Anatómico Forense de Asturias. Fuentes próximas a la investigación señalan que podría tratarse de un episodio de catalepsia, en el que la persona permanece sin signos vitales aparentes durante un largo periodo de tiempo. Pasó de creerse que había fallecido a recuperarse en el área de Urgencias del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), custodiado por la Guardia Civil.
El hombre, de unos 50 años, cumple condena en el módulo ocho del penal asturiano. Ayer, sobre las ocho de la mañana, durante el recuento de presos, los funcionarios encontraron a Gabriel Montoya Jiménez inconsciente dentro de su celda. Optaron entonces por alertar a los servicios médicos. Los dos facultativos que se encontraban en las instalaciones, ambos con más de treinta años de trayectoria profesional, certificaron su fallecimiento, al igual que hizo el médico forense de la comisión judicial que se personó en Villabona.
Pasadas las nueve de la mañana se autorizó el levantamiento del supuesto cadáver y se determinó que debía ser sometido a una autopsia para establecer las causas concretar del deceso. El cuerpo fue introducido en una bolsa y llevado por los servicios funerarios al depósito del Instituto de Medicina Legal, en Oviedo. La sorpresa llegó cuando recobró la consciencia, ante el personal de guardia en las instalaciones, que no podía creerse lo que estaba sucediendo.
La familia del preso, de etnia gitana, había recibido la triste noticia del fallecimiento de Gabriel Montoya y se había desplazado rápidamente hasta el Anatómico Forense a la espera de que le entregasen el cadáver para poder velarlo en el tanatorio.
Gabriel Montoya Jiménez llegó al depósito de cadáveres en coche fúnebre y salió de él en ambulancia, con destino al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), donde permanece ingresado para ser sometido a pruebas médicas que puedan aclarar el origen que tan extrañas circunstancias que llevaron a darle por muerto durante más de cinco horas.
Agentes de la Guardia Civil custodian al preso en el área de Urgencias del centro hospitalario. La 'resurrección' del hombre ha dejado atónitos a sus familiares y a los profesionales de la medicina.
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