Comer carne de canguro salvará el planeta


«Comer carne de canguro salvará el planeta»
Un desafío al pensamiento: «Los rumiantes emiten un 50 % más de efecto invernadero que los transportes»
«El mundo es bueno, malo, feo, y, finalmente, superfreaky»
Con «Superfreakonomics» (Debate), impresionante éxito de ventas que entierra tópicos y arremete contra la sabiduría popular, el economista de moda en EE.UU., Steven D. Levitt, y el periodista Stephen Dubner analizan «cómo atrapar a un terrorista, los peligros de caminar borracho, ¡fundamos el casquete polar!...». Responde a las cosas más difíciles: «El mundo es bueno, malo, feo y, finalmente, superfreaky».

ANTONIO ASTORGA
-Usted asegura que comer canguro salvará el planeta. ¿Cómo se come eso?
-Puede. ¿A usted le gustan los canguros?. ¿Ha comido carne de canguro alguna vez?
-Sí, respondiendo a su primera pregunta; jamás, a su segunda. Y usted, ¿la ha probado?
-Sí.
-¿Y a qué le supo?
-Un poco gomosa.
-No creo que nadie prefiera comer carne de canguro a ternera.
-Tampoco lo creo yo. Pero lo que sí que sería bueno para el medio ambiente es que las vacas que nos estamos comiendo ahora pudieran emitir menos gas metano, producto de su digestión.
-¿Quiere usted decir que unas inocentes vaquitas pueden cargarse todo un planeta?
-Sí. Cada vez que una vaca respira o emite metano.
-¿Y qué solución propone?
-Lo que deberíamos hacer es coger las bacterias que participan en la digestión de los canguros y ponérselas en el estómago a las vacas. Esa sería la solución.
-Un poco alambicada su fórmula. ¿No tiene algo mejor?
-No sé cómo podría hacerse, porque no soy científico, pero hay quienes ya están trabajando en este asunto.
-Muéstremelo.
-[Abre su portátil y rescata unas fotos]. Mire, ésta es una vaca con la que están experimentado científicos australianos. Al estómago de la vaca se le colocan cuatro tubos que desembocan en un tanque para recoger y medir sus gases.
-Menudo dolor, menudo olor.
-Lo que hacen los científicos es darle distinta dieta y alimentos a la vaca para ver cómo puede producir menos metano en su digestión.
-¿Qué recoge ese depósito?
-Los gases que salen del estómago, para analizarlos.
-¿Y ha dado resultado?
-La producción de metano se reduce significativa y considerablemente cuando su dieta tiene menos granos y más verde, como la alfalfa; es decir, cuando tiene menos cereal y más pasto verde.
-Pero el grano es más barato que lo verde.
-Entonces, no es probable que se consiga que los granjeros y los ganaderos cambien de dieta para sus vacas. Ahora bien, si se pudiera encontrar el medio en el que las distintas bacterias que intervienen en la digestión se transfirieran de un canguro a una vaca, quizás eso podría...
-¿Salvar el planeta?
-... Sí, sé que suena un poco absurdo, y probablemente me doy cuenta de que a la gente no se le debería permitir ganarse la vida hablando de cosas tan absurdas, pero hasta que alguien me lo impida voy a seguir haciéndolo.
-Y los humanos, ¿podemos pasar de comer carne de vacuno a comer canguro?
-Sí, porque el destino ha querido que las flatulencias de canguro no contengan metano. Pero imaginen la campaña de marketing que se necesitaría para que los norteamericanos consumieran hamburguesas de canguro.
-Asunto espinoso el del calentamiento global. Pero ¿por qué acusa a las vacas, ovejas y otros rumiantes de contaminadores?
-Porque sus exhalaciones, flatulencias, eructos y estiércol emiten metano, que como gas de efecto invernadero es unas 25 veces más potente que el dióxido de carbono emitido por los automóviles (y, dicho sea de paso, por los humanos). Los rumiantes del mundo son responsables, aproximadamente, de un 50 por ciento más de gas de efecto invernadero que todo el sector de los transportes.
-¿La mejor forma de ayudar?
-Modificando sutilmente la dieta. Cambiando menos de un día a la semana de carne roja y productos lácteos a pollo, pescado, huevos o verduras se reduce más la emisión de gases de efecto invernadero.
-¿A los científicos no se les ocurrirá prohibir las vacas?
-No. Ellos no pueden hacer experimentos, sólo deducir relaciones.

fuente abc.es

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