TORONTO, mayo 17.- Gabriella Nagy demanda a la compañía telefónica Rogers Wireless 600.000 dólares canadienses al entender que la compañía violó su contrato al enviar a su marido la factura en vez de a ella según reveló hoy el periódico The Toronto Star.
En junio de 2007, el esposo de Nagy hizo un cambio en su cuenta con Rogers y la empresa añadió las facturas del teléfono móvil de su mujer sin advertirla sobre la modificación.
Poco después, el esposo recibió una factura detallada de la cuenta que incluía las llamadas realizadas por Nagy. Tras percatarse de que su mujer mantenía de forma regular largas conversaciones con un número en particular, el esposo llamó a ese teléfono y descubrió la infidelidad.
El hombre, cuyo nombre no ha sido revelado, abandonó de forma inmediata a su esposa y sus dos hijos sin revelar cómo había descubierto la relación extramatrimonial.
En su demanda, Nagy señala que “el esposo utilizó la información que anteriormente había sido privada y confidencial que el demandado de forma unilateral reveló al esposo para investigar sobre las personas a las que la demandante telefoneaba y la naturaleza de esas llamadas.”
La demanda explica que Rogers cambió de forma unilateral el contrato con Nagy al modificar las facturas que estaban originalmente con su nombre de soltera para mandarlas bajo el apellido de su esposo.
"El apellido de soltera de la demandante y el de su esposo eran diferentes. Tal acción unilateral por parte del demandado fue realizada sin conocimiento, información, confianza, consentimiento o aprobación de la demandante” añade la demanda.
Por su parte, Rogers ha presentado una declaración en la que señala que no puede ser considerada “responsable de la condición del matrimonio, de la aventura de la demandante y la consiguiente ruptura del matrimonio ni de los efectos que la ruptura ha provocado.” - EFE
En junio de 2007, el esposo de Nagy hizo un cambio en su cuenta con Rogers y la empresa añadió las facturas del teléfono móvil de su mujer sin advertirla sobre la modificación.
Poco después, el esposo recibió una factura detallada de la cuenta que incluía las llamadas realizadas por Nagy. Tras percatarse de que su mujer mantenía de forma regular largas conversaciones con un número en particular, el esposo llamó a ese teléfono y descubrió la infidelidad.
El hombre, cuyo nombre no ha sido revelado, abandonó de forma inmediata a su esposa y sus dos hijos sin revelar cómo había descubierto la relación extramatrimonial.
En su demanda, Nagy señala que “el esposo utilizó la información que anteriormente había sido privada y confidencial que el demandado de forma unilateral reveló al esposo para investigar sobre las personas a las que la demandante telefoneaba y la naturaleza de esas llamadas.”
La demanda explica que Rogers cambió de forma unilateral el contrato con Nagy al modificar las facturas que estaban originalmente con su nombre de soltera para mandarlas bajo el apellido de su esposo.
"El apellido de soltera de la demandante y el de su esposo eran diferentes. Tal acción unilateral por parte del demandado fue realizada sin conocimiento, información, confianza, consentimiento o aprobación de la demandante” añade la demanda.
Por su parte, Rogers ha presentado una declaración en la que señala que no puede ser considerada “responsable de la condición del matrimonio, de la aventura de la demandante y la consiguiente ruptura del matrimonio ni de los efectos que la ruptura ha provocado.” - EFE
2 Comentarios
Fijate que antes se decía que las paredes tienen oídos!!!! Como cambiaron los tiempos!!
ResponderEliminarYa no te puedes fiar de nadie, ni de tu compañia telefónica.
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