Un grupo internacional de arqueólogos ha descubierto otro monumento ceremonial a 900 metros al noroeste de los monolitos que componen el famoso Stonehenge de Sailsbury (Inglaterra). Según informan medios británicos, se trata de 24 obeliscos de madera de unos 75 centímetros de diámetro, contemporáneos al círculo de piedra de 5.000 años de antigüedad, que formaban otro círculo más pequeño de 25 metros de diámetro. El área estaba rodeada por un foso y alineada con el Stonehenge y con un tercer conjunto distante a 1.300 metros. Los arqueólogos han calificado el hallazgo de «increíble», el más importante registrado en cincuenta años.
Este segundo monumento ha sido descubierto tan sólo dos semanas después de que diera comienzo un proyecto de tres años para trazar el mapa del área circundante a Stonehenge. Vince Gaffney, de la Universidad de Birmingham, ha afirmado que este nuevo monumento «cambiará la perspectiva del paisaje que rodea a Stonehenge».
Según Gaffney, la gente ha considerado la construcción neolítica declarada Patrimonio de la Humanidad como un monumento de «suprema importancia» debido a que era lo único que se encontraba en la zona. Sin embargo, el nuevo hallazgo, que servirá para contextualizar el emblemático monumento de piedra, demuestra que Stonehenge compartió protagonismo durante el Neolítico con otra construcción ceremonial que además tenía la misma orientación. «Stonehenge es uno de los monumentos más estudiados de la Tierra, pero esto demuestra que todavía hay mucho más por descubrir», asegura el experto.
El significado, una incógnita
Según los investigadores, los restos del antiguo monumento demuestran que estuvo formado por 24 obeliscos de madera de unos 75 centímetros de diámetro que formaban un círculo de 25 metros de diámetro. Esta construcción podría ser un «espejo» de otra similar que se ha descubierto también cerca de Stonehenge sólo que a 1.300 metros al sureste y que los arqueólogos conocen desde hace años. Los tres monumentos estarían más o menos alineados y formarían una composición más compleja que lo que ahora se puede ver y cuyo significado aún es un misterio.
Lo cierto es que aún no está clara la finalidad de Stonehenge, aunque los arqueólogos le atribuyen un sentido religioso y hay quien considera que el enclave era una especie de «Lourdes» neolítico al que iba la gente en busca de curaciones milagrosas. Problamente, nuestros contemporáneos que acuden a festejar el solsticio de verano en el monumento no sabían que, sin querer, estaban pisoteando estos valiosos restos. ABC.ES
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