Posible deportación con 20 años de residencia

Familiares y amigos de un inmigrante indocumentado detenido durante una redada en su trabajo en el estado de Arizona piden a la comunidad apoyo para evitar su deportación, prevista para el próximo 24 de septiembre.
Alfonso Morales Macias, originario del Estado mexicano de Nayarit, fue detenido en septiembre de 2007 por agentes de la Patrulla Fronteriza en una redada realizada en un conocido centro comercial del sur de Arizona mientras limpiaba los pisos.
Morales Macias llegó a Arizona cuando tenía solamente 19 años. En la ciudad de Tucson conoció a su esposa, María Valdez, con quien tuvo dos hijos, Alfonso Morales Jr, de 11 años, y Ana Morales de 18 años, ambos ciudadanos estadounidenses. “Mis hijos son los que necesitan el apoyo, ellos nunca han vivido en México, un país donde actualmente hay mucha violencia”, sostuvo el inmigrante.
Su hija Ana se encuentra a punto de terminar la escuela secundaria, desea entrar en la universidad y ser veterinaria, mientras que Alfonso es un estudiante destacado con excelentes calificaciones. “Sólo tenemos dos opciones: o nos vamos todos a México o mi hermano y yo nos quedamos solos aquí”, lamentó la joven.
Aunque Ana ya tiene la edad suficiente para votar, se siente frustrada por no tener ningún poder para frenar la deportación de su padre. Por eso los familiares y activistas hacen un llamamiento a la comunidad hispana en Arizona para que contacten con la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, y aboguen a favor de Morales.“Ganar un proceso de deportación es sumamente difícil, prácticamente el juez necesitaría ver que uno de sus hijos está muriendo para que le otorgara la residencia”, subrayó Margo Cowan, abogada que lleva el caso. “Sólo Napolitano tiene el poder para detener esta deportación”, añadió. Según la abogada, lo ocurrido con los Morales es un ejemplo de la separación que día a día viven familias en EE. UU. ante la falta de una reforma migratoria.

Cowan enfatizó que Morales Macías ha tenido un comportamiento ejemplar, ya que nunca tuvo problemas con la policía y su único “delito” fue trabajar para mantener a su familia. Aunque el inmigrante indocumentado lleva más de 20 años viviendo de manera ilegal en Estados Unidos, nunca tuvo la oportunidad de regularizar su estatus migratorio. El juez de inmigración rechazó su petición de cancelar su deportación a pesar de llevar más de diez años viviendo en el país y de tener dos hijos estadounidenses. RT.COM

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