El único delito de Peter Karras (no confundir con el Pater Karras) fue darle al cuerpo de policía un poco de glamour. ¿Qué hizo? Sencillamente al terminar de hacer su patrulla subió a su coche, se fue a un lugar oscuro de Sidney (Australia), se quitó su uniforme, dejó su pistola en el asiento de atrás y procedió a ponerse sexy, sexy: se puso unos zapatos de tacón alto, un sujetador y uno de esos tangas que parecen más hilo dental que una prenda íntima.
La mala suerte, sin embargo, quiso que dos colegas suyos hicieran la ronda por los alrededores. Así que, al ir a saludar al compañero se encontraron con la extraña estampa. Además Pedro se había puesto el tanga de mala manera, así que iba enseñando su otra arma reglamentaria.
La cosa terminó mal. Karras no pudo convencer a sus colegas de que realmente lo que ocurría es que estaba dejando salir su parte femenina. Muy al contrario los otros agentes pensaros que Pedro quería ganarse una paga extra (ya me entendéis). Claro está, finalmente el pobre hombre acabó en comisaría.
Y es que siempre tiene que haber algún colega de trabajo de esos que traicionarían a un compañero… ¡qué desfachatez! - VISTO EN NOPUEDOCREER.COM
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