EL AYUNTAMIENTO DE BCN TRADUCIRÁ TODOS LOS GRAFFITIS AL CATALÁN


El alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, ha anunciado esta mañana que todos los graffitis de Barcelona, “incluyendo las inscripciones hechas con un cúter en el mobiliario urbano”, serán traducidos al catalán para fortalecer el proceso de normalización lingüística. La medida, que costará 855.000 euros, es vista por la oposición como un acercamiento al electorado nacionalista de cara a los próximos comicios pero Hereu insiste en que “aparte de reforzar la presencia del catalán corregiremos los errores ortográficos que, con las prisas, cometen los vándalos”, de modo que se estaría “mejorando la imagen que proyectamos al exterior”. El Ayuntamiento asegura que la decisión va en la línea del “vandalismo sostenible” que pretende imprimirse en la ciudad y que se inició hace un año impulsando una campaña para evitar que las personas que orinan en plena calle comieran espárragos. “Cuando comemos espárragos la orina huele especialmente mal. Pedimos que esto se tuviera en cuenta y ahora las calles que huelen a pipí huelen mejor que antes”, explica el alcalde.
A partir de la semana que viene, varias unidades compuestas por expertos filólogos y restauradores recorrerán Barcelona y borrarán uno a uno los graffitis que encuentren a su paso para luego reproducirlos en catalán con la misma estética y las mismas técnicas empleadas en la realización del original. “No es fácil porque a veces el gamberro emplea palabras de argot o incluso grafías ininteligibles. Nosotros siempre optaremos por ofrecer una cara amable, de modo que términos como ’sidoso’ o ‘montón de mierda’ serán sustituidos por expresiones más nuestras como ‘carallot’ o ‘tros de quòniam’, aunque conservando el espíritu de que hay cierto malestar y de que las cosas no están nada bien”, explica la filóloga Montse Estellicó.
El Partido Popular ha criticado el coste de la operación y ha insistido en que, como mínimo, debería ofrecerse una versión bilingüe de cada graffiti. “Esto duplicaría el número de pintadas que hay en la ciudad y dejaría menos espacio para los nuevos gamberros que quieren hacerse un hueco. De todas formas, lo estudiaremos”, promete Jordi Hereu. ELMUNDOTODAY.COM

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