Todo ocurrió en Geraldton, Australia, cuando un ladrón de scooters intentaba escapar de los efectivos policiales. Al ver que lo perseguían, el joven de 17 años decidió emprender su fuga y saltó una valla que encontró en su camino. Una vez del otro lado, halló un trampolín, y sin pensarlo dos veces, se dispuso a saltar. Pero nada salió como lo había planeado: cayó en los brazos de la mismísima policía.
El sargento Grant Rosman calificó al episodio como de una de esas situaciones que muy difícilmente puedan ser repetidas aunque se lo intente. ¨Fue una gran suerte para la policía, pero no para él. Estaban todos posicionados en el lugar indicado y él cayó justo hacia atrás, en los brazos de los efectivos”, subrayó.
La huida le salió cara, porque finalmente fue acusado de siete delitos. No sólo fue imputado por el robo de la moto sino también por manejar alcoholizado y hasta por no llevar casco. Ya están advertidos, si planean robar un scooter en Australia, recuerden por lo menos usar casco…
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