Victor U.G. no podía más. Desde hace 30 años, regentaba un taller de carpintería metálica, cuyo volumen de ingresos se había reducido dramáticamente en los últimos meses. Para colmo de males, la familia no podía hacer frente a la devolución de un préstamo de 24.000 euros a la entidad Caja de Burgos. Así que el hombre tomó una decisión: quemar la sucursal de Sotopalacios, como venganza y sin decirle nada a nadie, tal y como cuenta I. Elices en la versión digital de El Diario de Burgos. Esta mañana en la localidad burgalesa de Sotopalcios, un hombre de 50 años rociaba con un bidón de gasolina una sucursal de la Caja de Burgos y prendía fuego. Al parecer, llevó a cabo su acción por culpa de sus problemas financieros. No ha habido que lamentar víctimas ni heridos aunque el incendio ha sido muy aparatoso. La intención de la familia era devolver el préstamo renegociando la deuda con la entidad y rehipotecando algunas propiedades para hacer frente al embargo, sin embargo, todo se precipitó con una carta que recibió Víctor y de la que no comunicó su existencia al resto de la familia. La misiva le anunciaba el comienzo del procedimiento para subastar una finca de su propiedad, valorada en al menos 90.000 euros, tal y como comentó su hijo.
Fue la gota que colmó el vaso para Víctor que trazó un meticuloso plan, cuya ejecución fue un éxito. El hombre escribió una nota para su familia y a las 9:00 horas del pasado 7 de noviembre se montó en su furgoneta. Llevaba consigo un pesado bidón de 20 litros de gasolina, con el que pensaba quemar la sucursal de la entidad Caja Burgos en Sotopalacios. Al llegar, pidió a los empleados que salieran a la calle, para evitar que resultaran heridos, comenzó a rociar la oficina con la gasolina y le pegó fuego, saliendo del local poco después con tranquilidad. A los pocos segundos se produjo la explosión y la oficina saltó por los aires, hiriendo levemente a los trabajadores de la oficina, que no se habían alejado lo suficiente. Víctor cogió de nuevo su furgoneta y se volvió a casa, donde se puso a esperar la llegada de la policía que una hora después le arrestó. En la carta que el hombre dejó a sus familiares, les informaba de lo que iba a hacer y le pedía a su hijo, que trabajaba con él, que cuidara de la madre y de las propiedades.
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