Los que son atrapados en las redes de las bodas consideran ese día como el más feliz de sus vidas, sólo superado por el del nacimiento del primer vástago y el día en el que aprendes a reconocer la calidad de una sandía dándole unos golpecitos. Pero al fin y al cabo estamos hablando de una fecha entre las muchas que forman la vida, así que es susceptible de olvido.
Este anillo guarda en su memoria el día en cuestión y se calienta cada año, el día antes del aniversario, para recordarte que al día siguiente te muestres cariñoso y preferiblemente con un regalo en tu regazo.
Es más, recomiendo personalmente hacer lo imposible para que sea tu pareja la que se olvide de la fecha: puedes asediarla con información irrelevante, proponerle otros compromisos, susurrarle confusas palabras clave mientras está dormida,... todo para colocarla en una posición de inferioridad que te permita ostentar una posición de poder siquiera durante un día. Da mucho gustico.
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