UN TREN PARA ENTRE DOS ESTACIONES Y HACE BAJAR A UN VIAJERO SIN BILLETE


Los pasajeros del vagón de cabecera del tren de la línea RG1 que cubre el trayecto entre l'Hospitalet de Llobregat y Portbou asistieron anteayer a una escena insólita: el interventor hizo parar el tren entre las estaciones de Sant Pol de Mar y Calella, abrió una de las puertas y obligó a bajar a un viajero. Los hechos, investigados por Renfe, fueron presenciados por un redactor de la Vanguardia, que ha presentado una reclamación ante la compañía (folio 40 del libro C-2006). La parada, sobre las 14.30 horas, fue tan rápida que quizá no quedó registrada en el control remoto del centro de gestión de Rodalies del Clot, pero sí en el equipo local del convoy.

El pasajero, un joven subsahariano, iba sin billete, una infracción castigada con una sanción de 100 euros (la mitad, si se paga en el acto). Pero no tenía dinero ni documentación. El revisor estaba obligado a hacerlo bajar en la primera estación y dar aviso a los Mossos para que lo identificasen. En lugar de eso, optó por una medida tan expeditiva como imprudente: utilizó su llavín para abrir el compartimento del maquinista, a quien explicó lo sucedido. En cuestión de segundos -y haciendo caso omiso a los cuatro letreros que piden en todas las puertas que no se use la alarma ni el desbloqueo manual de los accesos "sin causa justificada"- el tren frenó su marcha y el interventor obligó al infractor a apearse entre las dos estaciones y a seguir su camino junto a los raíles.

Trabajadores de Renfe han mostrado su estupefacción por el suceso, que atenta contra el sentido común y todas las medidas de seguridad. La compañía, que ha abierto un expediente informativo, se reserva su opinión hasta recabar la versión del maquinista y del interventor. Este iba solo, aunque en el tercer vagón había dos vigilantes cuya ayuda no solicitó.

Hechos aislados como este arrollan los esfuerzos de Renfe por mejorar su imagen. El incivismo de quienes se cuelan es una lacra. El billete no sólo sufraga un servicio esencial, sino que da derecho al seguro obligatorio de viajeros. Los trenes de Rodalies no tienen revisores, pero los de la RG1 sí porque no todas las estaciones de la línea disponen de ventanilla y a algunos pasajeros no les queda otra que comprar los pasajes en marcha. Desde luego, ese no era el caso del infractor expulsado a las bravas, que emprendió el viaje fraudulentamente, como tantos otros, que sin embargo no fueron obligados a apearse en mitad de la nada. "No crucen las vías. Si han de cambiar de andén, utilicen los pasos habilitados", repiten por megafonía todas las estaciones. El domingo esa letanía sonó más hueca que nunca.

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2 Comentarios

  1. Al menos podrías nombrar al periodista y al fotógrafo. ¿No?.

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  2. siempre pongo la procedencia de la noticia. Bueno, casi siempre,a veces como aquí se me olvida.La noticia era de el Periódico, y quizás en mi versión en catalán Collonades, lo puse. SUELO SER BASTANTE CUIDADOSO CON CITAR LAS FUENTES, es de recibo serlo.

    salut

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