Las tiendas de alimentos del futuro más próximo podrían tener los estantes llenos de verduras y frutas de todos los colores y con otras características innaturales debido a la intensificación de la modificación genética en la alimentación. Estos experimentos con la comida polarizan las opiniones de críticos y partidarios de los organismos genéticamente modificados (OGM).
Los avances de la genética comienzan a desafiar nuestra percepción de los alimentos y pronto los consumidores podrían tener a su disposición manzanas de color rosa o que no se oxidan, tomates morados, o patatas resistentes a las magulladuras que ocurren durante el transporte, informa Sputnik News.
Estos experimentos indignan a aquellos que se oponen a la manipulación artificial de los alimentos, que afirman que los procesos para regular las modificaciones de los alimentos son defectuosos. Por ejemplo, el Departamento de Agricultura de EE.UU. evalúa las modificaciones basándose únicamente en su uso previsto. Eso significa que su análisis se centra en el área en que van a ser utilizados los nuevos productos y omiten los posibles daños que puedan provocar posteriormente estas modificaciones, como por ejemplo los medioambientales.
Por otra parte, otro regulador estadounidense en el ámbito de los alimentos, la Administración de Alimentos y Medicamentos, no tiene mucho poder, debido a que su aprobación no es obligatoria y que sus evaluaciones se centran principalmente en verificar las demandas sobre cómo perjudican la salud ciertos productos alimenticios. Además, algunos expertos señalan que la mayor parte de los cambios genéticos se puede obtener también mediante procesos naturales.
Por otro lado también hay quien alaba los avances de la modificación genética. Los partidarios de los OGM ponen énfasis en sus ventajas. Las mencionadas manzanas rosas, por ejemplo, han sido modificadas para contener altos niveles de licopeno, un antioxidante que, se cree, previene el cáncer. A los tomates de color púrpura, por otro lado, se les han añadido antocianinas, unos compuestos que reducen el riesgo de enfermedades cardiovasculares y cáncer.
De la percepción que tengan de los OGM los consumidores dependerán en gran medida sus ventas. Si la gente se niega a comer piña de color rosa, dará igual que los científicos aseguren que es muy saludable, y en este caso será más rentable exhibirla en el museo.rt.com
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