Es fácil condenar a un criminal (en este caso, a un ladrón de poca monta), si nunca tuviste que enfrentar una situación lo suficientemente grave como para que cometer un crimen parezca la única solución. Pero donde otros simplemente llamarían a la policía, en su lugar el gerente del supermercado Radzuan Ma’asan de Malasia vio a un pobre hombre con necesidades. El hombre en cuestión fue sorprendido robando frutas y bebidas de un supermercado Tesco en Bukit Mertajam. Pero en lugar de tratar de escapar o negar las acusaciones, el hombre confesó de inmediato, explicando que había tratado de robar la comida porque sus hijos tenían hambre.
“Nunca me había cruzado a un ladrón que admitiera su culpa tan fácilmente… También nos dijo que no puede trabajar, ya que tiene que cuidar de sus tres hijos, de dos a siete años” contó Radzuan. El hombre, que permanece anónimo, explicó a Radzuan que había dejado su trabajo como contratista para cuidar de sus hijos, luego de que su esposa cayera en coma debido a complicaciones durante el parto.
Al escuchar la difícil situación del hombre, Radzuan sabía que no podía informar del incidente a las autoridades. En su lugar, le ofreció al ladrón un trabajo, ayuda financiera, y ayudar a inscribir en la escuela al hijo de siete años. PERIODISMO.COM
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