A cada gol de Messi le sigue una épica crónica; a cada tanto de Aaron Ramsey, en cambio, le sigue una necrológica. Al jugador del Arsenal parece persguirle una maldición. Gol que marca, famoso que palma. Nancy Reagan es la última de una lista tan larga como su tarjeta goleadora, en la que figuran personalidades de relumbrón, como David Bowie, Rafael Videla, Robin Williams o Steve Jobs.
Músicos, políticos, actores, escritores... Ramsey le da a todos los palos, y no solo a los de las porterías. Este sábado anotó el primer gol del derbi londinense contra el Tottenham y 24 horas después la que fue primera dama de Estados Unidos se fue a hacer compañía a su marido, Ronald Reagan, fallecido hace 12 años (con 13 años seguro que el centrocampista galés ya le daba patadas al balón, así que habría que investigar si también andaba detrás de aquel traspaso).
UNA HISTORIA QUE VIENE DE LEJOS
El tiempo que pasan desde el gol hasta que la maldición toma cuerpo parece varíar, pero siempre son algunas horas. La historia viene de lejos, pues se le achaca la muerte de Osama bin Laden (2011), la de Whitney Houston (2012) o la de Chavela Vargas (2012). Más recientemente sus goles también han anticipado la muerte de Robin Williams, Eduardo Galeano, Günter Grass y Alan Rickman, entre otros.
Lo peor para Ramsey es que la broma se puede estirar hasta que se retire. Desde que el sábado le marcó al Tottenham, al galés se le ha ido atribuyendo cualquier fallecimiento para justificar la vigencia de la maldición. En España se le achacó el adiós de Gaspar Rosety, mientras el mundo anglosajón tiraba por el deceso de Ray Tomlinson, padre del correo electrónico. Poca cosa para sostener el sambenito del futbolista. Nancy Reagan lo resolvió.
El Arsenal se enfrenta al Hull el martes, recibe al West Bromwich el sábado y viaja al Camp Nou en 10 días. Avisados quedan. EP.COM
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