Los creadores de la serie documental 'Spy in the wild' tiran de ingenio para no molestar a los animales. Uno de los mayores retos de los documentalistas animales es el de grabar el día a día de la fauna con la mínima contaminación por la presencia de sus cámaras. La naturalidad de los actores es un valor imprescindible y en más de una ocasión es necesario el más agudo y enrevesado ingenio para conseguirla. Y bajo esa premisa los creadores de la serie de documentales de la BBC 'Spy in the wild: baby animal' optaron por una caca móvil para poder grabar las imágenes lo más cerca posible de los protagonistas.
En esta ocasión, el protagonista ha sido un bebé elefante, seguido y grabado de cerca por un gracioso excremento, que, por estar distraido jugando con los pájaros, pierde de vista a su madre y entra en pánico. Final y felizmente, la encuentra un rato más tarde.
No es la primera vez que la BBC se ve obligada a tirar de una escatológica creatividad. En un episodio anterior de 'Spy in the wild' sobre la vida de los meerkats, unos animales parecidos a los suricatos que viven en Sudáfrica, los documentalistas tuvieron que untar en excrementos de meerkat al robot que habían diseñado para seguir y grabar a sus supuestos hermanos. "Debía parecerse a un meerkat y moverse como un meerkat, pero para ser aceptado debía también oler como un meerkat", cuentan.
En otra ocasión, de manera menos escatológica pero más emotiva, los de la BBC apostaron también por un robot que imitaba a uno de los animales que iban a grabar. Esa vez los engañados fueron un grupo de langures, una especie de monos que viven en la India, para captar sus emociones en primerísima persona con una falsa cría. Y lo que lograron fue, para más de uno, una de las escenas más emotivas de la historia de los documentales. - elperiodico.cat
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