¿Quién no ha soñado con pedir un taxi en plena Gran Manzana de Nueva York? Uno amarillo, que para eso son los que salían en las películas hasta la llegada de Uber. En Londres, en cambio, el color del LTI (London Taxi International) es negro y en Madrid son blancos con una franja diagonal en rojo. Cada ciudad tiene su coloración establecida y se han convertido en un símbolo de la ciudad, así que hemos desempolvado los libros de historia para descubrir el porqué de la carrocería bicolor (blanco y amarillo) de las taxis barceloneses.
La franja central (del morro a la zaga) amarilla se estableció en el Código de Circulación del Ayuntamiento aprobado en 1924. A sus inicios la normativa obligaba a los taxistas a pintar una línea blanca, roja, amarilla o azul según la tarifa que ofrecían y que era de 40 céntimos por kilómetro, 50ct, 60ct y 80 céntimos respectivamente. Con la celebración de la Exposición Universal de 1929 llegó la competencia desleal, las tarifas abusivas y los automóviles ilegales por lo que el Consistorio decidió unificar el precio por kilómetro a 50 céntimos. Más de ocho décadas después el amarillo sigue siendo el color establecido para identificar a los taxis (Servicio Público) de la capital catalana. - elperiodico.cat
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