Luchando contra el hongo 'comefilms'

Un mundo sin archivos cinematográficos sería un mundo casi sin memoria. Y ese apocalíptico escenario es el que pintaron algunos medios británicos tras la presentación en la reunión de otoño de la Sociedad de Microbiología General de Reino Unido de un pequeño estudio titulado Colonización fúngica y contaminación de las películas cinematográficas: implicaciones para las películas y los archiveros. Los especialistas liderados por Joanna Verran, de la Universidad Metropolitana de Manchester, concluían que había una necesidad de detectar la contaminación por hongos en las películas, analizar la presencia de esporas viables y "realizar recomendaciones para el manejo seguro por parte de los archiveros de películas".

El equipo estudió una serie de películas contaminadas que le había suministrado el archivo de su universidad, el North West Film Archive, y observó que estaban repletas de hongos, sobre todo de la familia de los Aspergillus y Penicillium, muy comunes. Pero, en algunos casos, el número de esporas excedía los niveles seguros de exposición para los humanos.
El estudio del equipo de Verran ha llamado la atención sobre un problema que afecta a la industria cinematográfica desde la década de 1960, cuando se identificó una nueva "enfermedad", si es que se puede llamar así a un problema que no afecta a un ser vivo. Se trataba del síndrome del vinagre, provocado por procesos de descomposición química acompañados de una intensa producción de ácido acético. Porque, obviamente, lo que preocupaba a los responsables de guardar las películas no era, ni mucho menos, la salud de los soportes, sino cómo esta degradación afectaría a la calidad de los filmes.

Desde la Filmoteca, España pronto se posicionó como líder en esta lucha. Por esta razón, los expertos consultados por este diario creen que las conclusiones del estudio inglés son alarmistas y afirman que las películas conservadas en el país no están en peligro. La salud de los que trabajan con ellas, tampoco.

"Está claro que las películas cinematográficas que excedan un nivel de contaminación microbiana excesivo pueden ser peligrosas", reconoce el profesor del Instituto de Polímeros del CSIC Fernando Catalina. Sin embargo, este riesgo se elimina cuando las condiciones de conservación son buenas, sin duda el caso de las filmotecas nacionales. Catalina recuerda que cualquier material tiene bacterias. "Eso no quiere decir que sean peligrosas", apunta. En el mismo sentido se expresa el jefe de la sección de Investigación de Fondos Fílmicos de la Filmoteca Española, Alfonso del Amo. "Los microorganismos son peligrosos y fundamentales para la vida", afirma, antes de explicar que para que su presencia sea un problema serio para los archivos tienen que estar en una dosis muy alta.

Que a los hongos les gusten las películas no es extraño. "Los filmes están compuestos de un soporte y una gelatina comestible; hay que recordar que la gelatina es uno de los medios de cultivo clásicos en todos los laboratorios", señala Del Amo. "Si nos descuidamos, los hongos proliferan en la gelatina y causan lesiones imborrables. Hay algunas fotografías que lo muestran claramente", dice este especialista, que recuerda que existen métodos para combatir esta proliferación.

Hace un lustro que la Filmoteca Española, junto con la Universidad Complutense y el CSIC, estableció las pautas necesarias para evitar la contaminación de películas. Se trata de un esfuerzo que culminará en 2012 cuando se concluyan las obras del archivo de la Ciudad de la Imagen, en Pozuelo de Alarcón (Madrid). "Las obras van a buen ritmo", confirma Catalina, que considera que el traslado de los archivos de la Filmoteca a estas nuevas instalaciones "va a garantizar la conservación de los originales".

El trabajo de Concepción Abrusci la bióloga de la Universidad Complutense de Madrid que firma la mayoría de trabajos sobre biodegradacion de películas escritos en España, Fernando Catalina y Alfonso del Amo demostró, en primer lugar, que la mayoría de los hongos que colonizan las películas no llega ahí espontáneamente. "Los ponemos los humanos", subraya Del Amo.
Por esta razón, las medidas anticontaminación "no son eficientes", porque siempre habrá quien toque los filmes o estornude sobre ellos, apunta el experto, que señala que "lo fundamental es la antiproliferación de hongos y bacterias". Así, el hecho de que los microorganismos estén en las gelatinas que componen las películas es normal y no tiene por qué suponer un riesgo; que se multipliquen sin control, sí lo es.

Según comenta Del Amo, hay tres medidas esenciales para evitar la proliferación: control de la humedad, de la temperatura y de la ventilación. "Para películas que se quieren preservar a medio y largo plazo, la humedad nunca debería superar el 45% o el 50%. Incluso, en algunos casos, debería estar por debajo del 30%", apunta.
Con respecto a la temperatura, debe oscilar entre los 5ºC y los 18ºC. Y una correcta ventilación implica entre seis y doce renovaciones completas de aire al día. "De esta forma habrá microorganismos, pero no proliferarán", subraya.
A estas precauciones, Catalina añade una última, especialmente relevante en el caso de la Filmoteca Española. "Se deben realizar inspecciones periódicas de los materiales, especialmente en los procedentes de climatologías adecuadas para el crecimiento microbiano", comenta. "En la Filmoteca se han detectado contaminaciones por microorganismos en películas que se han cedido temporalmente para su exposición en países suramericanos, donde la climatología y las condiciones de conservación son más complicadas", añade.

Aunque los expertos consideran que los archivos cinematográficos españoles están muy protegidos, también reconocen que hay diferencias según las áreas. "El problema de la contaminación microbiológica es más importante en los archivos situados en zonas costeras, donde la elevada humedad ambiental, superior al 60%, junto con una temperatura que supera frecuentemente los 30 grados, hacen que sea más susceptible el desarrollo del biodeterioro", subraya Catalina, que cree que los archivos nacionales que podrían correr más riesgo son los de Barcelona, Valencia y Canarias.

Desde que Concepción Abrusci comenzara a investigar sobre este asunto que le ha llevado a la publicación de su tesis , se han tipificado hongos y bacterias de muestras obtenidas en distintos archivos cinematográficos. "Se han aislado bacterias de los géneros Bacillus, Staphylococcus, Sphingomonas y hongos de los géneros Aspergillus, Penicillium, Cladosporium y Mucor, entre otros", resume Catalina. Microorganismos, sin embargo, controlados en las filmotecas del país. Para terminar de quitar hierro al asunto, Del Amo advierte: "El problema es mucho mayor en los archivos de papel". publico.es

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