Lo de acortar nombres es una costumbre muy española. Antonio es Toni, María es Mari, Dolores es Lola y Mercedes es Merche. Mañana, día de San José, nos preguntamos por qué a los José se les llama Pepe. Y, atención, que es muy curioso.
La costumbre de decir Pepe a los José viene de la época en que a los cristianos se les perseguía en Roma. El cristianismo usaba diferentes símbolos para identificar sus cosas sagradas. Así, a Jesucristo se le identificaba con un pez, a los cristianos con una cruz, y a San José, como Pater Putativus, "el que podía ser considerado padre" de Jesús. Por motivos de clandestinidad se abrevió como P.P. (aún se mantiene así escrito en algunas paredes de las catacumbas) y, de ahí, lo de Pepe.
El caso de Francisco y Paco es similar. En este caso, a Paco se le relaciona con San Francisco de Asís, fundador de la Orden Franciscana. Los monjes se dirigían a él como Pater Comunitas, de ahí que surgiera la abreviatura de Paco.
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