Convencidos de que merece la pena que todos lo disfruten y que tiene todo lo que tiene que tener una ciudad para ser patrimonio nacional o internacional, un grupo de expertos trabaja para demostrar a la UNESCO que Benidorm merece ser Patrimonio de la Humanidad.
Aseguran que Benidorm es para todos los públicos y para todos los bolsillos. Cerca de tres millones de turistas pasan cada año por la ciudad atraídos por su microclima, uno de los valores que van a defender.
Lo que nadie duda es que es una ciudad de altura; la que más rascacielos tiene por habitante en todo el mundo. Además cuenta con una planificación urbanística ejemplar. Este año, con el apoyo de su gente, por sus playas y su ambiente están convencidos de que esta vez sí será la vencida. Esperemos que no, y si acaso que sea declarada patrimonio del mal gusto de la humanidad.
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